Estrés
“Cada día te presenta una elección: estresarte o relajarte”
Joan Borysenko
El estrés como parte de nuestra vida
En ocasiones es incluso beneficioso, nos anima a seguir, nos mantiene atentos y concentrados, nos ayuda a mantener la tensión necesaria para desarrollar alguna actividad en concreto, pero si se mantiene en el tiempo, influirá negativamente en nuestra salud, tanto física como psicológica.
Para saber si el estrés nos está afectando, primero tenemos que saber qué es realmente el estrés, cómo se produce, cuáles son sus síntomas. Sólo así estaremos preparados para poder aprender a manejarlo. No hace falta que ocurra una situación muy traumática para que suframos estrés. En ocasiones, las pequeñas cosas que aparentemente no tienen importancia pero que ocurren a diario, provocan esta sensación de tensión constante que nos cuesta controlar y que afecta a nuestro estado de ánimo y a nuestra salud en general.
Cuando hayamos entendido el funcionamiento del estrés, el trabajo en terapia será aprender diferentes técnicas y estrategias para manejarlo y controlarlo, antes de que el estrés nos controle a nosotros.
Tipos de estresores:
Sucesos vitales altamente traumáticos
Provocados por acontecimientos traumáticos como guerras, desastres naturlaes, etc.
Sucesos vitales mayores
Matrimonio, nacimiento de un hijo, muerte de un familiar, etc. Pueden ser positivos o negativos.
Sucesos vitales menores
Estrés diario como atascos de tráfico, problemas en el trabajo, conflictos con la pareja, etc.
Aprende a controlar el estrés
Ante estos eventos habrá personas que desarrollen una respuesta de estrés y habrá personas que no. Esto dependerá de dos factores.
- Valoración de la situación: Si valoro la situación como daño, pérdida, amenaza o desafío es muy probable que sufra estrés. Sin embargo si valoro la situación en cuestión como beneficio u oportunidad, es mucho más probable que la respuesta de estrés no ocurra.
- Valoración de los recursos propios: Si valoro que la demanda de la situación excede mis recursos es probable que el estrés aparezca. Si valoro que cuento con recursos suficientes para hacerle frente a la demanda el estrés no se producirá.
En terapia trabajaremos para que cada persona sea capaz de manejar de una manera satisfactoria las situaciones estresantes sabiendo identificar adecuadamente las señales de estrés, aprendiendo a aceptar que hay cosas que no podemos cambiar pero que sí podemos cambiar siempre nuestra actitud frente a estas cosas, controlando nuestra mente con cambios de pensamientos negativos por otros más positivos y también mejorando las habilidades sociales para que la persona aprenda a decir “no” sin culpa, para que sepa establecer sus límites y también sepa pedir ayuda cuando la necesite.