En este blog vamos a abordar los impactos que tiene la alteración del ritmo circadiano en nuestro cuerpo y sobre todo en nuestra mente. La importancia de este reloj interno que todos llevamos dentro y el impacto que tiene en nuestras vidas es absolutamente impresionante. El ser humano lleva millones de años sobre la faz de la tierra y la mayor parte de ese tiempo hemos vivido en sincronía con la naturaleza, con la luz solar, con la noche y con la luna, todo esto ha hecho que en cada uno de nosotros exista un orden completamente perfecto que guía todos nuestros procesos internos, tanto físicos como mentales. En la antigüedad, el ser humano vivía como el resto de animales en la naturaleza, no teníamos noción del tiempo, no había ningún reloj y tampoco existían todos esos hábitos que hoy en día tenemos en nuestro día a día, lo único que hacíamos era mirar al cielo y observar la luz. Esa luz era la que nos decía cuándo teníamos que despertar, cuándo debíamos comer y cuándo teníamos que dormir. Con el paso del tiempo el ser humano ha ido evolucionando y se ha ido sofisticando en muchas áreas de la vida, pero a la vez también hemos ido desconectándonos de la naturaleza y por consecuencia de ese reloj interno que ha guiado el funcionamiento de nuestro cuerpo físico. Las alteraciones en el ritmo circadiano hoy en día son muy frecuentes, la mayoría de personas en el mundo entero y especialmente en occidente sufren una alteración en este ritmo ancestral y como consecuencia esto activa múltiples trastornos y patologías, tanto a nivel físico como mental. En la naturaleza todo sigue un orden perfecto, una sincronicidad que podemos observar allá donde miremos, nuestro cuerpo no es distinto de esa naturaleza y por lo tanto el precio que pagamos al desconectarnos de esa naturaleza es muy alto.
Los principales desajustes internos que vivimos al alterar el ciclo circadiano son sobre todo a nivel biológico, como pueden ser la temperatura corporal, la producción de hormonas tan importantes como es el cortisol o la melatonina encargada de la calidad de nuestro sueño, hormonas del crecimiento y nuestra función tiroidea entre otros. Pero también se ha podido saber, gracias a estudios científicos, que tiene una relación directa con nuestros procesos mentales y de igual manera que ocurre en nuestro cuerpo, la pérdida de ese ritmo termina manifestándose en nuestra mente de múltiples formas.
Las personas que sufren esta alteración de ritmo circadiano en primer lugar suelen manifestar la pérdida de la capacidad de tener una buena higiene de sueño y por ende su descanso y todos los procesos de renovación celular se ven afectados. Son personas menos tolerantes al estrés tan presente hoy en día en nuestra vida por el ritmo vertiginoso en el que vivimos. También son personas más ansiosas y con una tendencia muy grande a sufrir trastornos de depresión, también abordan peor los obstáculos y las adversidades que se les puedan presentar y empiezan a entrar en una espiral negativa de la que cuesta mucho salir. El hecho de tomar consciencia sobre nuestra manera de vivir, sobre nuestros hábitos y nuestras costumbres es el principio para corregir ese desorden interno. Y es que la solución puede parecer compleja, pero en realidad no lo es, está al alcance de cualquiera de nosotros. El hecho de dar paseos por la naturaleza, caminar descalzo por la orilla del mar, sentarse en un río, en un bosque, conectar de cualquier forma con la naturaleza, revisar nuestros hábitos antes de dormir, acostarnos antes, dejar de ver pantallas o estar expuestos a luz artificial antes de ir a la cama, pueden ser de gran utilidad para reajustarnos. Si necesitas ayuda para recuperar tu equilibrio, no dudes en pedirla, será la mejor inversión para tu salud y bienestar.